Hicieron varias carreras pero Mapache ganaba continuamente, como excelente trepador que es y acostumbrado a subir a lo alto de los árboles para llegar a su madriguera, corría tan rápido que para cuando llegaba Osito, a Mapache ya le había dado tiempo de descansar para la próxima carrera.
Osito estaba harto de perder y ya se había cansado de llegar siempre el último, así que se enfadó y se puso a lloriquear.
-¡No es justo, yo quiero ganar también, tu siempre llegas el primero!- gritó
Osito creyendo que su amigo Mapache comprendería como se sentía. Pero no fue así.
Mapache se rió y le contestó:
-¡Osito, yo no tengo la culpa de ser más rápido que tú! Osito se sintió triste porque su amigo no comprendía cómo se sentía y ya no quiso jugar más con él.
En ese momento, vino Perrito, otro amiguito que solía jugar con ellos en el bosque. Al ver que jugaban a carreras, quiso hacer una con ellos y volvieron a contar uno, dos y tres para llegar al otro lado del bosque.
En esta ocasión, para sorpresa de Mapache, ganó Perrito, y como dejó de ser el ganador, empezó a saltar de rabia y lleno de cólera gritaba:
-¡Quiero ganar yo, quiero ganar yo…!- Su amigo Perrito, les miro a los dos y sorprendido les preguntó.
-Pero, ¿no estabais jugando a carreras? Si es un juego, ¿por qué os enfadáis?, lo importante es que disfrutemos juntos y que nos alegremos del que llega primero no que nos enfademos por no serlo nosotros.
Los amigos son felices cuando están juntos sin importarles quién gana. Si queréis nos damos la mano y corremos todos juntos hasta el otro lado del rio, será divertido, seguro que nos reímos mucho y llegamos todos a la meta.
En esos momentos, Mapache comprendió como se había sentido su amigo Osito cuando el ganaba todas las carreras y entendiendo que era más importante su amistad que ser los primeros en un juego, decidieron cambiar de actividad con el fin de pasar un buen rato juntos.
Mapache y Osito juegan a las carreras. Leticia Garcés, escritora.
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