En algunas sociedades africanas era costumbre no comunicar nuevos conocimientos a un niño antes de haberle contado un cuento o haberle propuesto una adivinanza. Según cuales fueran las reacciones del niño se juzgaba si su nivel intelectual era suficiente para recibir nuevos conocimientos y avanzar en su aprendizaje. Para la mejor comprensión de las lecciones sobre las cosas que eran objeto de enseñanza se recurre a cosas del entorno natural (fauna, flora, entorno geográfico, …) que es más fácil de ser retenido por el niño.
Hace mucho, mucho tiempo, vivían en una aldea dos mujeres jóvenes que no habían tenido la suerte de tener ni hijos, ni hijas. Había un dicho según el cual "una mujer sin hijos era una fuente de desgracias para la aldea".
Un día, una señora vieja golpeó a su puerta para pedir comida. Las mujeres jóvenes la recibieron con mucha amabilidad y le dieron de comer y ropa para vestirse. Después de comer y extrañada por el silencio y la ausencia de voces infantiles, la anciana les pregunto:
- ¿Dónde están vuestros hijos?
- Nosotras no tenemos hijos, ni hijas y por eso, para no causar desgracias a la aldea nos pasamos el día fuera del pueblo.
Entonces, les dice la señora:
- Yo tengo una medicina para tener hijos, pero después de haber dado a luz, la madre se vuelve loca.
Una de la mujeres le contestó que aunque enfermase ella sería feliz por haber dejado un niño o una niña en la tierra. En cambio, la segunda le dijo que no quería enloquecer por un hijo.
La señora vieja dio la medicina solo a la que se lo pidió.
Después, algunos años más tarde la señora vieja regresó al pueblo y se encontró a las dos mujeres jóvenes. La que no había tomado su medicina le dijo:
"Tu nos dijiste que quien tomara la medicina se volvería loca, pero mi hermana la tomó, tuvo una hija y no enfermó"
Y la anciana le respondió:
"Volverse loca no quiere decir que se convertiría en una persona que anduviera rasgándose las ropas o que pasara todo el día mirando a las nubes como si paseara por el aire; lo que yo quise decir es que una mujer que da a luz un niño o una niña estará obligada a gritar todo el tiempo, para a continuación no parar de reír, llorará por la criatura, le pegará, le amará… Éso es él ser madre y volverse loca.
Este cuento nos habla del significado del instinto de maternidad, porque nos sincronizamos con nuestros hijos para comunicar todo nuestro saber y mediante nuestras acciones plantamos semillas en ellos para que llegado el tiempo, nuestra descendencia sepa curar sus propias heridas, la de su pareja y la de sus hijos y pueda crear una relación con sus hijos casados de manera respetuosa, para dejarles que empiecen su ciclo de vida de manera independiente y estén allí para nutrirlas como abuelas sabias.
En este cuento está la enseñanza de la energía del sello de la Tierra Tzolkin (calendario 13 lunas).
Desde el Tolzkin en todo este año 2018, estaremos influenciados por la energía de transformación creativa de la noche, sino leíste el cuento de esta energía aquí te dejo el enlace para que lo leas (pincha aquí para leerlo)
Desde mi verdad y con todo mi amor y respeto.
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AUTOR: Anónimo de África
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