Soy un puzzle dónde estás tú y tú, y él de más allá.
Soy un puzzle completo de seres de diferentes lugares, edades, razas y sexo.
Se me añadió después de nacer un complemento que no venía en el pack básico y que no estaba contemplado en el diseño original.
Contenia nuevas piezas que hacían del puzzle una imagen sin sentido. Para que viera en cada ser el color de su piel y lo cuestionase. Para que hiciera distinciones en el sexo y ante pusiera uno sobre el otro. Para que valorase pertenecer a las clases sociales altas y olvidase que somos todos iguales. Para que diera importancia a creer en algo que no tiene nada que ver con el amor al prójimo y hacia mi misma.
Ahora soy un puzzle al que le faltan las piezas originales, porque siento que se me ha reconstruido con piezas que quieren suplir a las primeras que hacían brillar el puzzle original. Y es que siento qué me olvido de que estoy hecha de la misma carne que aquella mujer que tiene por techo el Cielo y que come cuando alguien la ve en la calle.
Por que me olvido que hay cosas que no se pueden vender, porque son imposibles de pagar porque se crearon para una convivencia de todos y para todos en armonía.
Por qué agacho la cabeza cuando veo una injusticia, que afecta a otra persona y en realidad nos afecta a tod@s las personas.
Por que me dejo llevar por mis emociones para que se me quiera, por como ellos quieren que sea.
Y así llegó un día que andando por la calle encontré en un contenedor de basura un rotulador que aunque estaba roto, seguía siendo útil y sentí que podía volver a dar vida a mi puzzle original.
Y empecé a pintar el verde de la esperanza, en aquellas partes del puzzle donde ya ni se notaban.
Empecé a fortalecer los músculos de mis manos, para ayudar el camino de otros que lo necesitaban.
Empecé a pintar las plantas de mis pies conectadas a la Tierra, para caminar en conexion al lado de los que se sentían solos y abandonados.
Empecé a pintar antenas en mi corazón, para escuchar lo que nadie quería oír y establecer armonía en los corazones.
Empecé a dar brillo a mis ojos, para que vieran las maravillas en la Tierra y en sus gentes.
Empecé a dibujar comida en mi mochila, para repartirla entre aquellos que la saboreaban con gratitud.
Empecé a colorear mi sonrisa, para que mi alegría además de verse, se sintiera entre aquellos que me abrieran su corazón.
Y así es como el puzzle va camino de volver a ser, como lo fue en su nacimiento. Para que cuando otro puzzle se sienta en desarmonia, sienta que él está en mí y yo en él, y sienta que ambos somos piezas de un puzzle mayor donde todos somos piezas maestras hechas de experiencias personales que enriquecen a la totalidad.
Hacer que tu puzzle vuelva a ser armonioso dependerá de como construyas mañana tu nuevo AmaNacer y de como hagas que tus piezas del puzzle vivan en armonía con todas las piezas del resto de puzzles con los que te cruzas cada día.
Dedicado a tod@s los valientes guerrer@s que miran a su sombra y encuentran la luz para compartirla con tod@s.
Os amo y os respeto.
Desde mi verdad, con todo mi amor y respeto.
Agradezco que dejes tus observaciones a esta reflexión, para ello lo puedes hacer más abajo en comentarios.
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