Había una vez una aldea en lo alto de la montaña sagrada donde la gente acudía para sanar su alma.
Allí vivía Nona, una mujer hermosa de pelo largo y ondulado como las olas del mar y dorado como la luz del Sol. Sus ojos color de miel transmitían una dulzura infinita que salía por la boca de Nona cada vez que cantaba. Nona estaba llena de magia, tenía el poder de atraer a la gente alrededor de una gran hoguera que era testimonio de su voz prodigiosa.
Del mismo modo que el fuego transmuta y cambia la naturaleza de las cosas, la voz de Nona tenía el encanto de los ángeles y la alquimia de las brujas.
Una noche de luna llena, Nona salió a pasear y, en medio de la oscuridad de la noche, acudieron sus miedos a visitarla. Nona se dejó llevar por ellos de tal modo que al llegar la gente empezó a cantar como cada noche, pero se dio cuenta que había perdido su hermosa voz porque sus miedos se la habían robado. Nona se sentía triste y desolada y se puso a llorar. Entonces apareció Pachamama, la madre naturaleza, encarnada en rostro de mujer de melena oscura y cabello largo, una mujer sabia quien se acercó a ella y le dijo acogiéndola en su regazo:
-No tengas miedo linda mujer, tu voz vive en ti al igual que la alegría que la crea. Sólo has de volver a confiar en ti y a creer en tu magia. No olvides que eres ese bebé lleno de pureza que un día asomó a este bello y loco mundo.
La Pachamama sacó de su pecho un jarabe y se lo dio a Nona diciéndole:
-Ten, tómalo, cierra los ojos, déjate llevar y entrégate a la vida. Encontrarás un túnel oscuro y tenebroso y si logras superar la angustia que te produce transitarlo entonces tendrás tu premio.
Nona bebió confiada el néctar de la Pachamama que era el elixir de la vida. Tuvo que lidiar con sus monstruosos, pero logró cruzar el túnel, entonces empezó a vomitar sus miedos y fue en aquel momento cuando, en el silencio de la noche y bajo la luz del fuego, se escuchó de nuevo la dulce voz de Nona cantando con una magia especial esta canción: Todo cambia y todo fluye,
lo real jamás puede ser amenazado
y lo irreal no existe, así los miedos no existen
porque jamás fueron reales,
nacieron en tu mente y en ella morirán.
AUTORA: Carmina Vallverdú del Olmo
En este cuento se nos muestra que cuando dejamos de creer en la belleza más profunda de cada uno de nosotr@s en "el amor", aparace el miedo y la desconfianza, y perdemos nuestro rumbo y nuestros dones. Qué cuando bebemos de nuestra propia esencia volvemos a conectar con nuestro amor y somos capaces de ver y sentir desde el amor y a emanar nuestra belleza.
0 comentarios:
Publicar un comentario