Érase una vez que se celebraron elecciones a la presidencia de Chorrivía. La gente estaba muy ilusionada, porque era la primera vez, y ya se sabe. Así que se preparó una gran campaña electoral, los partidos salieron a la calle a dar cientos de mítines, se tiró confeti, y el presidente en funciones dio un emotivo discurso:
- ¡Chorrivianos! ¡Este es un momento histórico en la historia de nuestra patria! ¡Por primera vez tenemos el derecho y el privilegio de elegir a nuestros representantes! ¡Somos totalmente libres para decidir quién guiará los destinos de nuestro país! ¡Os pido que ejerzamos este derecho con responsabilidad!
Y llegó el día de las elecciones, y los chorrivianos fueron en masa a votar. Cuando se cerraron las votaciones, y como era un momento histórico, el presidente en funciones hizo acto de presencia en un céntrico colegio electoral.
- ¡Chorrivianos! ¡En este momento histórico y solemne, vamos a proceder a la apertura de la primera urna y al recuento de los primeros votos de la historia de nuestra joven democracia!
La sala estaba abarrotada. Prensa, televisión, ciudadanía, de todo. El presidente en funciones dijo:
- ¡Procédase a la apertura de la urna!
Así se hizo, y el presidente en funciones introdujo su mano en la misma, y dijo:
- ¡Aquí extraigo el primer voto! ¡Quede para la posteridad este momento! Veamos, el voto es para…¿eh? ¿qué pone aquí?, “mi hermano Paquito, que hizo Ciencias Econoflaúticas y es buena persona”. ¿Pero qué es esto? Bueno, señores, no pasa nada, sacaré otro y esto será mera anécdota, je, je. A ver, éste…¡será posible! “A doña Conchádula, la del estanco, que es muy responsable”. ¿Qué está pasando aquí?
Presa de los nervios, el presidente en funciones empezó a sacar votos a toda velocidad.
- “A Serafín Cascarilla, que le conozco hace muchos años y es de fiar” ¡Grrr! “A Centrudis Tabernas, que tiene mucha paciencia” ¡GRRR! “A mi perro, que ese siempre te será fiel”. ¡Pero qué burrada de elecciones son estas! ¡Esto es un sabotaje democrático!
- Pero, señor presidente en funciones, - dijo un ciudadano presente en la sala - ¿Qué le pasa? ¿No teníamos libertad para votar a quién quisiéramos?
- ¡A los que quisieran entre los candidatos que presentan los partidos, ceporro, no al vecino del quinto!
- Pero es que los candidatos de los partidos no nos gustan – dijo otro ciudadano.
- Son muy feos – añadió una señora.
- ¿Es que no entienden que son libres de elegir, pero entre los candidatos de los partidos, merluzos? ¡Esto es una democracia representativa!
- Pero, señor presidente en funciones, entonces no seríamos libres de elegir, como usted nos prometió – dijeron los ciudadanos - ¿Elegir a un candidato que otros eligieron antes por mí, por una razón u otra, es ser libre para decidir quién quiero que me gobierne? ¿Por qué tengo que votar a un candidato que fue elegido por otra persona? ¿Cómo sé quién es ese señor o por qué razón está ahí? Nos dijo que podríamos votar a quien nos diera la gana, y es lo que hemos hecho.
- ¡Será posible! – dijo el presidente en funciones - ¡Ustedes han estado leyendo! ¡Ya sabía yo que ese vicio traería malas consecuencias! Venga, hombre, no sean así, que los partidos han elegido sus candidatos con mucho cariño, no les den este disgusto.
- De eso, nada – dijeron los ciudadanos – Nos dijo que votáramos con responsabilidad, y es lo que hemos hecho. Así que, hale, a contar.
Y es por esto que Chorrivía no sale en los mapas.
FUENTE: http://
Este cuento, nos habla de la energía del Humano (la información que nos llega a través del universo en el sincronario 13 lunas) nos trae la energía del libre albedrío, encontrar ese camino de elegir lo que nos dice nuestro corazón no siempre es fácil, al principio nos sentimos culposos por no hacer lo que "deberiamos" según la sociedad, pero lo lindo de hacer lo que nos gusta, cuando nos gusta (siempre obviamente respetando el espacio de elección de los otros) es que nos sentimos más felices y cuando estamos más felices hacemos las cosas mejores, y podemos ayudar mucho más.
Imparte "La Chamana de la Risa" Micaela Barrasa García
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