Una serpiente había mordido a tantos habitantes de la aldea que eran muy pocos los que se atrevían a aventurarse en los campos. Pero era tal la santidad del Maestro que se corrió la noticia de que había domesticado a la serpiente y la había convencido de que practicara la disciplina de la no violencia.
Al poco tiempo, los habitantes de la aldea habían descubierto que la serpiente se había hecho inofensiva. De modo que se dedicaban a tirarle piedras y a arrastrarla de un lado a otro agarrándola por la cola.
La pobre y apaleada serpiente se arrastró una noche hasta la casa del Maestro para quejarse.
El Maestro le dijo:
– Amiga mía, has dejado de atemorizar a la gente y eso no es bueno.
– ¡ Pero si fuiste tú quien me enseño a practicar la disciplina de la no violencia !
– “¡ Yo te dije que dejaras de hacer daño, no de silbar!"
educir su grandeza.
En este cuento se nos invita a darnos cuenta que cuando subestimamos nuestra sabiduría dando prioridad a la de otr@s, actuaremos sin juicio y nuestros pensamientos pueden llegar a influir en otr@s o en nosotr@s mism@ para vivir sin libertad.
Alcanzaremos la sabiduría interior cuando ampliamos la visión sobre el mundo, escuchando palabras de sabiduría externa y sabiendo aplicarlos a nuestra sabiduría interna siendo consciente de aquellas sombras que nos pesan. Para ello, se necesita alcanzar mayor discernimiento del que se poseía hasta ese momento, para sacar lo mejor de un@ mism@ hay que tener en cuenta las emociones, como las expresamos para mantener el peligro alejado y sin sentirnos mal, ya que nos llevará a cuestionar los caminos que tomaremos para llevar a la sabiduría interior.
En este cuento esta la enseñanza del sello del Humano del Tzolkin.
Alcanzaremos la sabiduría interior cuando ampliamos la visión sobre el mundo, escuchando palabras de sabiduría externa y sabiendo aplicarlos a nuestra sabiduría interna siendo consciente de aquellas sombras que nos pesan. Para ello, se necesita alcanzar mayor discernimiento del que se poseía hasta ese momento, para sacar lo mejor de un@ mism@ hay que tener en cuenta las emociones, como las expresamos para mantener el peligro alejado y sin sentirnos mal, ya que nos llevará a cuestionar los caminos que tomaremos para llevar a la sabiduría interior.
En este cuento esta la enseñanza del sello del Humano del Tzolkin.
Agradezco que dejes tus observaciones a este cuento, para ello lo puedes hacer más abajo en comentarios.
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