El
cineasta Rui Guerra me contó que una noche hablaba con algunos amigos
en una casa del interior de Mozambique. El país estaba en guerra, de
modo que faltaba de todo:
desde gasolina hasta iluminación. Para pasar
el rato comenzaron a conversar sobre lo que les gustaría comer. Cada uno
fue diciendo su plato preferido, hasta que llegó el turno de Rui. “Me
gustaría comer una manzana,” dijo, sabiendo que era imposible encontrar
frutas a causa del racionamiento.En ese preciso momento escucharon un ruido. ¡Y una manzana, reluciente y suculenta, entró rodando en la sala y se detuvo frente a él!
Más tarde, Rui descubrió que una de las mozas que allí vivían había ido a buscar frutas al mercado negro. Al volver, cuando subía la escalera, dio un tropezón y se cayó; la bolsa de manzanas, que había comprado, se abrió y una de ellas fue rodando hacia adentro.
¿Coincidencia? Bueno, esta sería una palabra demasiado pobre para explicar esta historia.
FUENTE Pincha aquí para ir a la fuente del cuento Agradezco a Tormenta Lunar en FB la aportación de esta anécdota.
En
esta anécdota se nos muestra que en la vida somos una cadena donde cada uno/a a través de las creencias, vamos creando la realidad de otras personas a la vez que para nosotros/as. Y es importante ser impecable en aquello que pensamos para crear una abundancia de prosperidad para todos los seres humanos.
Agradezco que dejes tus observaciones a este cuento, para ello lo puedes hacer más abajo en comentarios.
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