Había una vez una estrellita que habitaba en los confines del Universo, a la que le daba miedo su propia luz. Se agazapaba y esforzaba en ocultar su luz lo más posible, a veces se le escapaban unos destellos verdaderamente hermosos que el resto de seres del Universo contemplaban maravillados, pero rápidamente se apresuraba la estrellita a apagar la intensidad de su luz……en esos momentos se sentía muy avergonzada, como si estuviera haciendo algo impropio, indebido.
Así, pasaron los años y la estrella por más que crecía, seguía obstinada en ocultar su propia luz por todos los medios…..Un día, llegó a oídos de su padre el Sol, que una de sus hijas se negaba a brillar en todo su esplendor, como es propio de una estrella, entonces el Sol dirigió su majestuosa mirada hacia la lejana estrella y quedó conmovido al contemplarla…..“Hija mía, ¿qué edad tienes?” resonó la voz del Sol por todo el Universo, “sí tú hija mía, la que apenas se te ve por tu ausencia de brillo”, en ese mismo instante todas las estrellas miraron a la estrella que siempre se había rehusado a brillar.
Esta, abrumada por la vergüenza, y con voz casi inaudible contestó a su padre el Sol, “Padre, tengo mil años”, “Más fuerte hija mía, no te oigo bien desde aquí”, le increpó el Sol,“Mil años padre mío”, volvió a responder la estrella, esta vez de forma más enérgica, pues no quería decepcionarlo. “Mil años y ya estás tan apagada, pero si tan solo eres una jovencita!”, le dijo el Sol, que añadió, “¿Por qué, hija mía?, explícame y hazme saber por qué en tus mil años de vida te negaste a mostrar toda tu luz constantemente.”
“Yo, yo….” balbuceaba la estrella, “más fuerte”, le volvía a manifestar el Sol. “Es que siempre he sentido que no me la merezco, no he hecho ningún mérito para lograrla, siento como si no me perteneciera realmente, y usarla, se me hace como pretender aparentar algo que no soy, que no merezco. Respeto a todos mis hermanos y hermanas y no los juzgo, pero a mí siempre me ha parecido que usar mi luz es abusivo y denigrante para el resto de seres de este inmenso Universo y que carecen de luz propia……” fue la sorpresiva respuesta de la estrella, hasta para ella, que siempre se mostraba muy tímida y reservada a hablar de sí misma.
Su padre el Sol quedó mudo por unos instantes, meditando en todo lo que había oído de boca de la estrella. Al fin, el Sol decidió romper el místico silencio reinante en el Universo y dijo,“Hija mía, ¿te das cuenta de lo que estás queriendo decir?, das por sentado que los demás seres de este Universo que carecen de luz propia valen menos que una deslumbrante estrella, no te das cuenta?….qué es lo que pretendes no brillando, no denigrar a los demás seres carentes de luz?, pues es justo de ese modo como lo consigues, en tu interior, ya han quedado denigrados. Ellos no se sienten mejor por tu falta de luz, más bien al contrario, se apenan por ti y quedan compungidos preguntándose qué te pasará, qué será aquello que te impide lucir en todo tu esplendor?, no hija mía, empequeñeciendo no ayudas a nadie….La única que ha sido verdaderamente denigrada todo este tiempo has sido tú misma, negándote a aceptar tu verdadera y genuina naturaleza”.
“Que no hiciste nada por merecerla dices?, NACER!!!, te parece poco?, eres un milagro viviente, todo ser vivo lo es, tu luz te pertenece por derecho propio, TU LUZ ERES TÚ, y has vivido mil años sin ser tú, sumida en las sombras que tú misma has creado para apagar tu propia luz….y todo por qué?, por miedo a sobresalir, a sentirte poderosa, a sentirte plena y satisfecha contigo misma…….Escúchame bien hija mía, NO HAY MAYOR ERROR EN LA VIDA, QUE SENTIRSE INMERECEDORA DE TU PROPIA LUZ!!!, eso va totalmente en contra de las leyes naturales”.
“Hija mía, sé consciente de quién eres!, tu luz no es una posesión, es Quién Eres!, desdeñando tu luz solo consigues huir de ti misma, te sentirás eternamente perdida, repitiéndote a ti misma qué hago aquí?, a qué he venido?, cual es mi misión en esta vida?…….tu misión hija mía ES BRILLAR!!!!!!!!!!!!”
Eduardo de Miguel
FUENTE: http://www.shurya.com/
En este cuento se nos invita a brillar, a sentirnos parte del todo pero a la vez ser únicos e irrepetibles, creadores de armonía, de belleza, de elegancia. Sentir que el lugar cambia con nuestra presencia, sentirnos especiales y reconocernos especiales. Darle permiso a nuestra mente para descansar y a nuestro corazón para sentir.
Fuente del conocimiento de 13 lunas escrito de este color: Tormenta Lunar en facebook. Hoy estamos bajo la energía de La Estrella.
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Los creadores de estas obras aquí recopiladas nos han dado un tesoro que perdurará en nuestra memoria y actos. Que nos ayudaran a sembrar semillas de gratitud, alegría y bienestar entre quienes nos rodean. Porque estar alegre nos permite compartir sin mirar con quien.
Mira la vida con los ojos de la alegría y verás maravillas.
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