Un hombre pobre se encontró en su camino a un antiguo amigo. Éste tenía un poder sobrenatural que le permitía hacer milagros. Como el hombre pobre se quejaba de las dificultades de su vida, su amigo tocó con el dedo un ladrillo que de inmediato se convirtió en oro. Se lo ofreció al pobre, pero éste se lamentó de que eso era muy poco. El amigo tocó un león de piedra que se convirtió en un león de oro macizo y lo agregó al ladrillo de oro. El amigo insistió en que ambos regalos eran poca cosa.
-¿Qué más deseas, pues? -le preguntó sorprendido el hacedor de prodigios.
-¡Quisiera tu dedo! -contestó el otro.
Este cuento nos habla del vacío y la codicia que podemos desarrollar hacía los talentos o dones ajenos, hacía la energía de cada persona y como nos podemos dejar nublar por ellos, sin darnos cuenta que la verdadera vida de disfrute se vive con la energía que traemos cargada de magia y que con ella podemos crear cada un@ con un poco de la ayuda que nos prestan algo maravilloso y único y así evitar querer cogerlo todo.
Es importante ser inteligente y cuestionarnos que si dejamos de tener una actitud de gratitud por lo que nos dan para empezar una vida, estaremos lejos de alcanzar el cielo en la Tierra con méritos propios
En esta historia está la enseñanza de la energía del sello de la Serpiente del Tzolkin (calendario 13 lunas).
Desde mi verdad y con todo mi amor y respeto.
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AUTOR:Feng Meng-lung
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