Cuando se está parado en las relucientes arenas de esta playa india y observando las aguas turquesas del mar Arábigo, resulta difícil creer que hace una década este destino turístico internacional estaba saturado de montones de basura.
Un grupo de mujeres declaró “área con cero desecho” a Kovalam, ubicada unos 12 kilómetros al norte de Thiruvananthapuram, capital del sureño estado de Kerala.
Estas mujeres se dedican a reciclar desechos, que convierten en bolsos biodegradables y en otros productos de uso cotidiano.
Leena, de 35 años, dirige uno de los varios grupos que operan en Kovalam. Inicialmente era escéptica en relación al proyecto, dijo.
“Los residuos como recurso parecían un concepto imposible, pero esta percepción cambió una vez que nos pusimos en marcha”, declaró.
“Es sorprendente lo que se puede hacer con material desechado como periódicos, yute, corteza de coco y ropas usadas”, dijo Leena, mostrando una variedad de elementos distribuidos por todo la sala de estar.
Con ayuda financiera de los bancos, hace unos años el grupo de Leena inició la Unidad Pionera de Manufactura de Papel, con el objetivo de reemplazar sacos de plástico por alternativas amigables con el ambiente.
El Zero Waste Centre (ZWC, centro cero desechos) también brindó apoyo. Se trata de una entidad creada en 2001 por Thanal, una organización ambientalista que busca desarrollar las capacidades y relaciones dentro de la comunidad local.
Los expertos definen el “cero desecho” como una filosofía que alienta la ampliación del ciclo vital de los recursos. Esto implica diseñar y manejar productos y procesos para evitar o reducir sistemáticamente el volumen y la toxicidad de los residuos y conservar y recuperar todos los recursos en vez de incinerarlos o enterrarlos.
Aunque las agencias gubernamentales locales no cooperaron, la organización siguió adelante. “Nuestro grupo está comprometido con su objetivo de convertir a Kovalam en un destino de desecho cero”, dijo la gerenta de ZWC, Sabeena Beevi.
“La mentalidad de la gente viene cambiando. Empiezan a ver los materiales desechados como recursos”, dijo Beevi.
Como parte de su campaña, el grupo de autoayuda promueve la sustitución de materiales, el uso responsable de los recursos y un consumo consciente, brindando capacitación en este sentido a las mujeres.
Según Beevi, hasta ahora más de 2.000 mujeres fueron formadas por el ZWC en la elaboración de varios productos a partir de materiales descartados.
“Entre los productos de uso cotidiano que se manufacturan hay jarros, cuencos, cucharas, platos para sopa, llaveros y floreros, hechos con corteza de coco para reemplazar el plástico. Muchos de estos elementos los elaboran las integrantes del grupo de autoayuda desde sus casas”, dijo Beevi.
Como parte de la estrategia para convertir residuos en riqueza, las mujeres venden los productos puerta a puerta o consiguen pedidos en grandes cantidades. Actualmente se está instalando una cooperativa para recolectar los productos terminados de otras unidades y comercializarlos mediante una operación centralizada.
Kovalam se ha vuelto un modelo en un estado que genera alrededor de 3.000 toneladas de desechos por día, de los cuales apenas 50 por ciento se recogen para su eliminación, según estimaciones del gobierno.
Analizando la evolución de la Campaña Cero Desecho de Kovalam, el director de Thanal, C. Jayakumar, dijo a IPS que todo empezó en 1999, cuando la organización no gubernamental se unió a otras entidades locales para resistir un plan del gobierno para instalar una planta de incineración de residuos en ese poblado turístico.
Organizaciones internacionales dedicadas a la lucha contra los contaminantes orgánicos persistentes y los gases de efecto invernadero brindaron apoyo a la campaña contra el incinerador. Poco después, el incinerador fue descartado.
Pero la cuestión de qué hacer con los desechos siguió vigente, y Thanal ofreció voluntariamente su pericia en el tema para llevar a cabo un estudio que ayudara a las autoridades a resolver el problema de la eliminación de estos materiales, dijo Jayakumar.
“Eso fue lo que cimentó el camino para un plan de acción de cero desecho en Kovalam”, agregó.
Entre las intervenciones destacadas en relación con este plan figuraron el reemplazo de bolsos plásticos para la ropa sucia que usaban muchos hoteles de Kovalam por bolsos de papel hechos a mano, lo que además creó empleos para la población local.
Otros productos se elaboran realizando mosaicos que unen “retazos” de restos de ropa con desechos.
En cuanto a la eliminación de residuos orgánicas, varios digestores de biogás se instalaron en Kovalam, que tuvieron el beneficio agregado de producir combustible barato y amigable con el ambiente.
En cualquier centro turístico internacional, lograr que no haya desechos exige métodos exhaustivos para conservar y proteger el área para una sustentabilidad económica y ecológica, dijo Shibu K. Nair, experto en temas ambientales, a propósito de las actividades de los grupos de autoayuda de mujeres en Kovalam.
En esta localidad se establecieron patios de recuperación de recursos para clasificar los materiales en reutilizables, reciclables, reparables y descartables. Desde 2004, el programa realiza periódicamente limpiezas de las playas para recuperar miles de botellas plásticas arrojadas allí.
“Esta actividad de limpieza dio visibilidad a nuestro programa. Cientos de personas participaron voluntariamente, recogiendo botellas y ayudando a crear conciencia”, dijo Nair.
“El desecho cero es una teoría que podemos practicar en nuestras vidas cotidianas, en cada palabra y acción. Es una nueva escuela de pensamiento” que puede servir tanto al gobierno como a las empresas, agregó.
Pero Nair advirtió que el éxito del desecho cero radica en la estrecha participación de las comunidades.
Nair, quien es coautor del libro “Waste Management in Rural Tourism Areas – A Zero Waste Approach” (Manejo de desechos en áreas rurales turísticas: Un enfoque de cero desecho), publicado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo en asociación con Thanal, cree que la capacitación puede ayudar en gran medida a cambiar las actitudes de la comunidad en relación a la basura.
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